REINA ROJA -JUAN GÓMEZ-JURADO

 

No tengo mucho que decir de esta novela, solo que ha sido un viaje fascinante y adictivo, que he terminado sus 500 y pico páginas en un par de días.

 

Nunca había leído nada de Juan Gómez Jurado pero, a partir de ahora, lo haré. Me ha gustado mucho su forma de escribir, engancha y hace que devores, literalmente, cada página.

 

La historia ha sido muy interesante y emocionante. Sobre todo, a mitad del libro hay una escena en la que unos policías llegan a una trampa creyendo que van a coger al asesino, y en la casa hay bombas que empiezan a explotar y a cargarse a todos los policías. La forma en la que narra esa escena, ese capítulo, con tanta emoción e incluso un poco de humor y bastante tensión, me pareció brillante y tan intensa que tuve que descansar un rato porque me había dejado totalmente perpleja.

 

Este libro cuenta la historia de Antonia Scott, una mujer con una capacidad mental enorme y una inteligencia impresionante. Inteligencia que ella ya tenía pero que, modifican científicamente para que siempre esté a tope. Ese estado de constante alerta y recepción de miles de datos por segundo, hace que su mente desborde y necesite una pastilla que despeja sus pensamientos y la tranquiliza para centrarse en lo importante.

 

Antonia Scott trabaja en una organización secreta llamada Reina Roja, que es como una policía secreta que se encarga de resolver o limpiar los crímenes más enrevesados. Uno de los jefes, al que llama Mentor, intenta reclutarla para trabajar de nuevo, ya que ella lo dejó unos años atrás cuando, por culpa de uno de sus trabajos, dispararon a su marido y lo dejaron en coma en la cama de un hospital. Ella se niega pero Mentor chantajea a un agente de segunda llamado Jon Gutiérrez (un personaje maravilloso) para que la convenza.

 

El trabajo comienza con un asesinato extraño. El hijo de la propietaria de una entidad bancaria muy exitosa desaparece y, días después, su cuerpo aparece en su lujosa mansión con unas señales muy concretas del asesino que indican que no será la última víctima. Comienzan a investigar y, como se quedan estancados, pasan al siguiente caso, el secuestro de Carla Ortiz, la hija de uno de los multimillonarios más ricos del mundo, propietario de una empresa textil. Creen que el asesino de Álvaro Trueba (el hijo de la banquera) es el mismo que ha secuestrado a Carla y que también acabará matándola.

 

El asesino se hace llamar Ezequiel y comete algunos errores que les dejan pistas a Antonia y Jon. Entre medias de la investigación que ambos hacen, Carla nos cuenta lo que está viendo y sintiendo en una celda minúscula donde un tal Ezequiel la ha encerrado.

 

Es un libro con muchísima acción, datos e información que me parece totalmente relevante, pero que omitiré un poco para no alargar el resumen ni liarme  a mí misma.

 

Total, que el asesino, Ezequiel, era un miembro de una organización de policías que se encargaban de proteger a la ciudad de Madrid bajo el subsuelo, a raíz de un atentado con bombas realizado por los túneles de la ciudad. Este hombre, Nicolás Fajardo, abusado y maltratado por su padre desde pequeño, no está bien de la cabeza, pero aún así dejan que trabaje en el proyecto hasta que una bomba bajo los túneles sepulta al agente y todos le creen muerto al encontrar “su cadáver”. Se cree que se suicidó porque su hija había sido asesinada en un accidente de coche, pero tampoco es así porque la hija también está viva (bueno, en teoría, porque al final nos da la vuelta toda la historia).

 

Ella es la cabeza pensante de todos los asesinatos y “su padre” el brazo ejecutor.

 

Antonia da con ella y tras unos capítulos de muchísima acción, emoción y tensión, consiguen rescatar a Carla y a Jorge, el hijo de Antonia, al que también habían secuestrado.

 

Sandra, la hija de Fajardo, acorralada al final de la historia, hace estallar una bomba para huir. Fajardo muere y todos salen del metro (el escondite de Sandra y su padre), de una estación fantasma que ya no se usa.

 

El final podríamos decir que me ha decepcionado, no porque no sea bueno, sino porque esperaba que respondiera a muchas más preguntas, y lo único que ha hecho ha sido crear más y más incógnitas, lo que me han dado unas ganas tremendas de continuar con el siguiente.

 

Al parecer, la chica a la que enterraron hace años, creyendo que era la hija de Fajardo, sí resulta ser la hija de éste, por lo que, ¿quién es realmente Sandra? ¿Por qué dice que ha sido reclutada por un “él” del que Antonia tiene miedo?

 

El final acaba con Jon y Antonia empezando a trabajar en un proyecto personal de Antonia con el señor White, el hombre que entró en su casa años atrás y disparó a su marido.

 

Ha sido un libro que, sorprendentemente, he leído en apenas 2 días. Me ha enganchado desde prácticamente la primera página. La forma de escribir del autor hace que pasen las páginas sin apenas darte cuenta. Muy sencilla, amena y yo diría que hasta un poco melodiosa.

 

Los personajes me han gustado muchísimo, tanto Antonia como Jon. Carla también me ha gustado, ya que encierran a una Carla en una celda pequeña sin apenas comida ni agua, pero la Carla que sale de ella es totalmente distinta. Me quedo con ganas de saber qué le dice Carla a su padre, que prefiere que maten a su hija antes de ceder al chantaje del secuestrador, que le pide que diga en los medios que sus talleres en países pobres esclavizan a muchos niños. Él prefiere no decirlo porque sería el fin de su imperio.

 

Me he divertido, me he puesto en tensión y he sentido las escenas de acción como si estuviera viendo una película.

 

4’5/5.